No fue una travesia mas… fue una de las que podríamos llamar “grosas”…
Al comienzo del viaje parecía que todo venia mal parido… ya desde el vamos sabíamos que Tonga (el mentor del viaje) saldría mas tarde ya que su mitsu IO todavía no estaba terminada y tendría que hacerle algunos ajustes antes de emprender semejante viaje…
No obstante esto, que ya sabíamos, decidimos salir bien temprano :
Tobias y Nahuel en el Rangler Iguana
Hugo y Carlitos en la Toyo Micky Mousse
Wally y German en la Toyo SW4
Seba, Guillote y Walter en el Patrol Cazafantasmas
Y mas tarde se agregarían a la caravana:
Kevin, el Colo y Alejandro en el Marutti Viento Blanco
Tape, Pablito y “el instructor de vuelos” en la Toyo-Tape
Pitufo y Sra. En su Chero (que se unirían al grupo provenientes de Malargüe)
Asi fue que comenzamos el viaje. Al poco tiempo de salir nos sorprendio una tormenta increíble. El agua caia como si fuera la ultima lluvia, y los relámpagos que caian a nuestros lados literalmente hacían que el camino se iluminara casi sin pausas.
Cuando estaba amaneciendo, nos llama el Tape, comentándonos que su Toyo se había roto… (obviamente que ya sabíamos de que se trataba…”un ruleman”… ya no importa cual, la cuestión es que el Tape es a este momento uno de los mayores consumidores de Timken asi que va a ser declarado por la empresa como un cliente ilustre… y tuvo que irse en camilla hasta Ceres donde seria reparada.
Cuando llegamos a Santiago del Estero, nos enteramos que Tonga no podría venir, ya que su chata no estaba lista y encima por una complicación de ultimo momento se había quedado sin su copi (Berni), a pesar de la insistencia de que se sumara al Tape que estaba demorado a unos pocos km de Rosario, el no pudo sumarse… (lamentablemente nos quedábamos sin el interprete de los TT pero como nunca fuimos cagones seguimos adelante con el viaje…)
El primer objetivo del viaje por mi parte era cazar la confluencia 26-64 (virgen aun), algunos me comentaban que no les interesaba, pero al final fuimos todos juntos a explorar la selva santiagueña y tratar de conseguir este primer objetivo del viaje. Fue muy censillo, yo ya había estudiado el camino y a priori no tendríamos que caminar mas que 1200 metros… y asi fue..
La salida de la selva se complico un poco ya que nos había agarrado la noche, y por acortar camino empezó nuestro primer pulido de chatas cruzando la selva…
Una vez en ruta, fuimos directamente a Salta, donde nos esperaba un buen descanso para afrontar lo que seria el plato principal de nuestro viaje “unir la mina de Don Otto con Amblayo”