Al llegar al río, Raúl fue el primer audaz..., bueno, tampoco era tan terrible...
De la Trooper no hay fotos porque pasó caminando y fue aburrido.
Acompañados de gente del pueblo, interesada en el espectáculo, escuchábamos comentarios…
por esas piedras no pasan…, por ese barro, no pasan…, con la gomas embarradas ahí, no sube…, si acá sigue lloviendo…y…, como cinco metros crece el río… Y hasta algún cruce de apuestas.
Cruzamos el río los 4 apasionados.
Acá empezó lo mejor, la lluvia era intensa y necesitábamos cruzar al menos 2 o tres veces más el cauce de agua, que crecía al tiempo que tornaba cada vez mas inconsistente el sedimento arenoso de los bordes.
En un vadeo, la Toyo de Raúl se queda. Pasa el
Kaleuche, intentamos maniobras de rescate, pero es sabida la afición al vodka del capitá Ilich Iván Antropov, quien olvida observar las cartas de navegación y encalla al carguero sovietico
Kaleuchenko en las traicioneras arenas entrerrianas.
Aquí desde otro ángulo.
Intenta el Guillote peeerooo...
Nuestra última esperanza, Turco + Trooper, 3era, 2da baja, fierro a la tabla, cruza a la otra orilla, que aún permanecía firme…, pero no sabíamos por cuanto tiempo…
Malacate mas 49.875.982.357 eslingas cubren la distancia entre “tierra firme” y las arenas movedizas. A lo lejos se ven los vehículos inmovilizados.
Con el auxilio de dos pesqueros nipones, sale el
Kaleuchenko… (observar la fotos escuchando
La Cabalgata de la Valkirias, como en
Apocalipsis Now, cuando los helicópteros al amanecer rocían con napalm la selva vietnamita)
En el fragor de la lucha no advertimos una misteriosa aparición que la cámara tomó.
Hacía mucho tiempo que no se mostraba el guacho...., dijo un viejo puestero de la zona.
El temible Yeti entrerriano…
Pero claro, nosotros viajamos con nuestras familias, en medio de la lluvia, las chatas encajadas hasta los espejos, el río creciendo… se escucharon voces…
Y ahora, cómo vas a salir?..., Y, qué hacemos?...Pensá en los chicos… Y si se rompe cuánto nos va a costarrrnngbbbbufff?... Cualquier maraca sube una piedra, rompe un diferencial y se hace el banana, pero…, hay que tenerlas bien puestas para estar con el barro hasta los dientes, recogiendo eslingas, chorreando agua y contestar
Si querida…, claro mi cielo…, como vos digas mi luz… Aaahí se ven los maaachos!!!Luego recorrimos algunos caminitos del monte, pero no hay fotos. Las fotógrafas no respondían a los mandos "naturales…"
Cerramos la magnífica jornada con un costillar de 16 kg. Cuya cocción había sido encargada a un horno de una panadería del pueblo. Man-jar!!!. Ferné pa empezar, cosa linda de pueblo, lo compramos abierto, a medio tomar, en el bar. No faltaron tintos enjundiosos, la charla animada y los inevitables verdugueos mutuos.
Gracias a la gente de Valle María que se divierten con nosotros, o a costa nuestra, y nos agasajan con su cálida amistad.
Gracias Daniel, querido amigo.
Gracias
PasiónAbrazo
Gusre