La Sociedad del Engaño. Parte IV
Habíamos cruzado el Río Lágrimas. Estábamos en el ataque final hasta el Glaciar donde se encuentra el avión.
Estábamos maltrechos, cansados, doloridos, pero más preparados que nunca para terminar con lo que habíamos empezado dos días antes. Algunos necesitábamos más ayuda que otros…
Germán y átomo
Cuando empezamos con la caminata, estábamos a unos 2200 mts sobre el nivel del mar, allá adonde dejamos los vehículos. Durante el primer día de caminata subimos unos cuatrocientos metros ya que el campamento lo armamos a unos 2600 mts.
Ya habíamos recorrido casi diez kilómetros y el GPS marcaba 2800 mts. Me pregunté…
Si el avión está a 3500 mts y ya hicimos como diez y eran ocho…
Estaremos otra vez sufriendo un cruel engaño?
Tonga había manipulado otra vez los kilómetros lineales? Aunque ya habíamos caminado bastante… O peor aún…..
Nos esperaba una tremenda trepada???
La respuesta no se hizo esperar…
Vimos el caracol…
Bernie, te dije que hacía falta la mulita…
Las mulitas éramos nosotros…
Subiendo
La trepada se presentaba dura, muy dura…
A medida que subíamos, el camino se hacía más y más difícil…
Algunos daban muestra de cansancio y las paradas se hicieron más y más seguidas…
Otra vez el átomo…
Y ya pasamos el caracol? dijo alguien…
Sí, ya estamos en la trepada final…
Nos seguían mintiendo.
Pensé… Todo muy lindo de subida pero, para bajar….Te la debo, yol bajo sentado…
El esfuerzo se hacía sentir…Parecía que no íbamos a llegar nunca…
Ante nuestros ojos aparecía el Glaciar en todo su esplendor.
Se escuchaban frases como “Hasta acá llegué”, “Como no me dijeron adonde veníamos”…
Me vino a la mente la recordada frase de la esposa de Raúl de La Encina y a punto de estallar la risa grité… “Edgardo…. Dónde me trajsite!!!!”…
Germán que para olvidar el dolor de su rodilla y tobillos hablaba de cómo reformar su Cherokee…
El Doc que a cada monmento preguntaba “Como van?”
Mauri que parecía que no podría hacer dos pasos mas…
A Edgardo se le ocurre buscar un nombre para el grupo, dice que es lo que se acostumbra hacer en estos casos, bautizar al grupo.
Dice que propongamos nombres y votemos…
Edgardo, nos estás engañando de nuevo. Lo que querés es que no pensemos en la trepada final…
Primero surge “Las ratitas del refugio”, muy trolo…
Después “La Sociedad del Engaño”, una mezcla de “La Sociedad de la nieve” (libro que habla sobre la experiencia de los sobrevivientes del 1972) y la suerte de embustes que sufrimos nosotros, los engañados por Tonga….
Y por fin…
La emoción es indescriptible…
Algunos nos emocionamos hasta las lágrimas…
Son las cuatro de la tarde del día 26 de marzo de 2010.
Dieciséis miembros de La Sociedad del Engaño estábamos en Los Andes.
Dieciséis fueron los sobrevivientes.
Ante nosotros, majestuoso…. el lugar del accidente….
Otra vez vinieron a mi cabeza las imágenes en blanco y negro del las viejas fotografías del milagro…
Estábamos allí…
Estábamos en el lugar…
Veíamos lo mismo que ellos vieron hacen treinta y ocho años… Nieve y nada… Nada más que montañas…
El Monte Sosneado se alza majestuoso…Nunca podríamos cruzar esa montaña, habían dicho los Uruguayos. Y en base a esa decisión fueron hacia Chile.
La sensación que se siente es indescriptible…
Andrés U. había traído un bandera para dejar como ofrenda…
Eran las cinco de la tarde, el sol comenzaba bajar y todavía teníamos mucho tiempo de caminata. Decidimos ponernos de nuevo en marcha…
Empezábamos el largo camino a casa…
Volviendo
Comenzaba el regreso. Desandar el camino. Ahora el caracol más peligroso que antes…
Si de subida era feito, peor era de bajada. Piedras sueltas, precipicio, curva, más piedras sueltas…
El objetivo era al menos llegar al río Lágrimas con luz de día y reencontrar a Pablito.
Por fin…
Llegamos al río…
El anochecer avanzaba inexorablemente. Solo quedaba un rato mas de luz del sol.
La noche nos cubrió con su manto de oscuridad.
Continuamos el camino. La luna llena nos iluminaba.
Es idescriptible la sensación de caminar de noche en el medio de la nada y en el silencio absoluto…
Bah, no tan absoluto, el Pelado hablando, es una radio…
Grande Pelado, el camino con vos en mucho más ameno, ya el cansancio no se siente.
Llegamos al Barroso, último obstáculo entre nosotros y el campamento…
Ahora, ya en el campamento, la cena se ponía en marcha…
CONTINUARÁ