DE NUEVO ESTOY DE VUELTA!!!!!
Mil disculpas por la demoriiiiissiiimaaaa
Profe, recibí la intimación
Caponi, la violencia no conduce e ningún lado, en espcial si es contra mi, jaja
En realidad tuve dos millones de kilombos y la verdad no estaba con los tiempos como para dedicarle el tiempo que lleva la carga de todo, relatos y fotos (4 horas, reloj), pero bue... ya estoy en carrera otra vez
Ahora si, espero lo disfruten como lo hcimos nosotros
Abrazo grande a todoss!!!!
PINAWALA 2009 . PARTE II
Día 5: El Peñón – Cachi (510 Km.)
El día comenzó con un inconveniente. Revisé el agua del radiador y se ve que la tapa quedó mal cerrada y con la presión voló. Como en todas y cada una de las situaciones que se presentaron, el Profe Ale Danzi, me salvó. Tenia una tapa de repuesto. Aunque los repuestos de toyota se consiguen en cualqueir Farmacia o Carnicería, ni eso teníamos cerca!!! jaja Una vez mas gracias Profe.
De ahí en mas, todo ruta, asfaltada (+o-) y comer camino. Almorzamos en un lugar increíble, pasamos por lo de “Pirucha”, cuya familia entera es fanática hincha de la Academia, a la que el Tano y Ale le habían dejado una bandera en viajes anteriores. Día de la virgen, procesiones, mucha gente en todos los pueblos, (cosa que no habíamos visto hasta ese momento) salían de abajo de las baldosas
Cafayate... reino de la vid.
Impresionante la Quebrada de las flechas. La tardecita amenazaba lluvia, pero en su lugar se nos vino la noche cuando entrábamos en camino sinuoso y llegamos agotados a uno de los pueblos mas bellos del recorrido. A una hostería maravillosa.
Tinto, con milanga y... a dormir.
Día 6: Cachi – Susques (275 Km.)
El otro contratiempo del camino. El Profe reventó un amortiguador. Siguió en su Toyo, que quiere ser Jeep, (pero era Citroen... “Artecheee y la pqtp!!!”)
Otro día maravilloso. Salimos de Cachi, cruzando vados, acequias y nos sorprendimos con los Valles Calchaquies, qué por llegar de noche no habiamos visto. La piedra se mezcla con el verde que sigue el cauce de un río, que sigue el enripiado y asi… La Poma (sin pomeña), simplemente único. Comenzamos la trepada a otro de los lugares que me conmovieron profundamente. También lo vi mil veces en fotos, lo soñé, pero estar ahí, en el Abra El Acay, fué llegar a otra luna... Atrás, los valles Calchaquies. Adelante...se abre una llanura a cuatro mil metros de altura, rodeada de impresionantes cerros que invitan a no parar y cuando empieza la bajada uno sabe que a ese lugar va a volver, en algún momento va a volver.
El camino muy bueno, máquinas que trabajan los caminos, nos permiten ganar tiempo que después perdemos al detenernos a auxiliar a una “Disco”, que calentó mientras subía. Pero... como no parar y ayudar? Seguimos...
San Antonio de los Cobres, paso obligado para reponer combustible. Pueblo muy organizado, mucho gendarme, sequía extrema, la mina y... al Viaducto.
En Las Polvorillas, se respira magia. Uno imagina obreros, ingenieros, máquinas, construyendo esta obra maestra. El ramal C14, tuvo como objetivo, transportar a Chile y/o a Bs. As. el metal extraído de la mina. Pienso que jamás imaginaron que podría ser objeto turístico. Seguramente, nunca imaginaron tampoco, que iba a quedar en desuso, aunque ahora se explota con fines turísticos algunos meses del año. Uno se ve tentado a subir, a cruzarlo. Para ello hay que recorrer, mas de dos km. Por las vías, de ida y luego lo mismo de vuelta. Quedará para otra vez. Susques nos espera y no podemos llegar de noche. Fotos de rigor y continuamos la marcha.
El exelente enripiado nos permite viajar a mas de 100km a veces, con la adrenalina fluyendo cuando en las curvas se siente derrapar las camionetas cargadas. Hermoso manejar en ese ripio, parece un mini Dakar, jaja.
Susques nos recibe al atardecer, un hermoso pueblo típico que visitaríamos al día siguiente, saliendo para nuestro próximo destino.
Día 7: Susques - Santa Catalina (320 Km.)
La salida de Susques fué rara. Parecía que recién empezaba el viaje. Si bien, la puna, tiene cosas similares en todo su recorrido, desde mi óptica a partir de ahí el paisaje cambió diametralmente. Tal vez el clima inlfuyó. Pero, tanto la gente del pueblo, como las construcciones, los colores en la montaña, todo me pareció diferente. Parecía como si hubieramos llegado a la puna que conocemos por fotos. Mas soledad, los ranchitos de adobe mas bajos, aislados. Se suceden los pueblitos, muy pequeños. Las montañas se ven chiquitas... estamos encima de ellas, je.
"EL HACHITA" y abajo riña de gallos en la calle.
Valle de la luna jujeño
Desde temprano, una tormenta empieza a rodearnos, se ve en el norte, pasa para el este, al sur y vuelve.. al mediodía estaríamos en ella.
La salida de Susques, es trabadita, lo que le ponen un poco de sal a la cosa. Uno debe transitar despacio, los vados un tanto rotos y las pronunciadas trepadas que le siguen hacen pensar que en simple debe ser complicadito. Cuando la ruta se transforma en lecho de río ya tenemos la tormenta encima. La Bella Quebrada... un lugar de ensueños. No podría tener mejor nombre (Eduardo de Viajeros), lastima el clima. Transitamos por ella unos kilómetros y ya se veía que en lo alto llovía a pleno. Esto empezó a preocuparnos porque se veía como chorreaba agua por las laderas y eso podía complicar la subida. Al llegar al final de la Bella Quebrada, la idea era salirnos de la R40 y tomar un sendero de 4x4, que hicieran Ale y Eduardo en salidas anteriores, para lo cual había que llegar al filo. Cuando empezamos a subir, el agua ya bajaba fuerte, por el lecho del río, por una acequia natural al lado del camino y ya se hacían algunos cortes que amenazaban agrandarse, como para complicarnos la bajada si seguía lloviendo. Toda la montaña destilaba lluvia, por todo lados, confluía en el camino y en pocos minutos eran torrentes que bajaban por todo lados.
Ale tomó lo decisión, muy acertada, de dar la vuelta y retomar la R40. Lo seguimos (como en todo el camino, je)
Subiríamos por la R40. Al llegar al alto, encontramos los restos de la tormenta... agua nieve en el parabrisas y alrededor, lo que fué una impresionante granizada. Al noreste, se veía la Cordillera de Santa María, que a la mañana era una mas... ahora estaba nevada. Indudablemente la tormenta estuvo aspera... pero había pasado.
“Paren un cacho”, Ale pelea con el GPS, buscando como retomar la huella que no habíamos podido hacer... (#“*&%$#) y encuentra un sendero que nos llevaría. Deliberamos un rato... no sabíamos como estaba todo después de la tormenta... pero no podíamos dejarlo... por otra parte ese sendero nos llevaba al Filo del Angosto que tiene unas vistas increíbles. Entraríamos a Santa Catalina por el Norte al atardecer, si todo iba bien. Y no pudo ir mejor... la huellita estaba bárbara, fime, pero con un poco de barro, como para levantar agua, jeje. Pudimos poner la baja un rato. Nos sacudimos un poco, Nos inclinamos para los costados otro poco, unos cruces de ejes interesantes... igual, a esa altura no se puede boludear mucho. Aparte alrededor siempre hay con que distraerse, el paisaje no afloja.
Al retomar el camino, este empieza a hacerse finito y mas finiiiito, hasta que mirando cerca de la trompa de las chatas no lo ves, y dobla para acá, para allá... Fredy en la ventanilla no puede para de filmar, el gauchito, se asoma por arriba y saca fotos... yo nada mas manejo, je. El filo del Angosto... simplemente hermoso.
Bolivia del otro lado del río que se ve allá abajo. “El Hacha”, nombre que improvisamos para un cerro que tiene una forma como si le hubiesen cortado la cima de un hachazo (Boliviano) y todo, todo bello.
El sol empieza a caer. Hora de seguir... media hora mas y aparece Santa Catalina, hermoso...pueblito a 3,600 mts s/n/m
Ahí nos esperaba Doña Blanca, vieja conocida de Ale, que nos atendío mejor que nadie. Tanto ella como su esposo César son viejos pobladores de Santa Catalina y tienen la hostería Sumaj Huasi en lo que era la casa familiar de César, la cual fue construida en 1760. El lugar en si es un verdadero museo, donde hasta tienen un fonógrafo a manija ¡Que funciona! con viejos discos de pasta de 78 RPM.
La cena preparada por la hija de Doña Blanca fueron unas espectaculares milanesas de llama hechas con carne de ganado propio que en ningún otro lugar del planeta se pueden conseguir. Invitamos a Doña Blanca a cenar con nosotros y nos deleitó durante un rato largo con varias anécdotas de la zona, demostrando ser no sólo una maravillosa anfitriona sino una biblioteca andante. Un verdadero lujo que nadie que ande por la zona puede perderse.
Día 8: Santa Catalina – Metán (575 Km.)
La salida de Sta. Catalina, ya tuvo olor a despedida, como todo el recorrido de ese día. Fuimos a una almacen y el dueño estaba borracho, preguntamos por la salida del pueblo a un vecino y estaba borracho, en las veredas, algunos dormian borrachos... la fiesta de la noche anterior hizo estragos (asunción de los políticos, que festejan a cuenta de lo que van a robar y todo el mundo se pone en pedo para olvidarse que les van a seguir robando)
Ibamos a ir bordeando el límite con Bolivia, visitando hitos en los que hicimos fotos. Al llegar al primer hito, nos cruzamos con un caminante... borracho. A unos 10 km. Una camioneta parada en el medio del camino con sus tres ocupantes... borrachos. Como chupaaannn!!!!
Para mi, siendo boliviano, tuvo algo de especial visitar los hitos, con mi hijo, argentino.
... y esta foto pide portada!!!
PASION JUNTO A PATAGONIA, PRESENTE EN EL LIMITE ARG-BOLIVIA!!!!
El profe lavando el black bondi
Somos internacionales, con un pié de cada lado
Fué un día cansino y sin darnos cuenta, estábamos en La Quiaca, el lugar mas poblado que veíamos desde hacía días. Hicimos un alto para reaprovisionar y fuimos a almorzar a Yavi, donde un parroquiano me llevó a conocer su casa, rancho, con un "pedalin" hermoso, me mostró las habitaciones y para mi sorpresa en una de ellas, guardaba ovejas, si... ovejas, que todos los días sacaba a pastorear y después,... vuelta a su corral-cuarto.
De ahí en mas, ruta, asfalto y turismo convencional. Purmamarca nos vendió algunos regalitos para que en casa nos crean que estuvimos por esos pagos y después sin escalas a Metán
Ya sin montañas, comimos una suculenta parrillada, bien adobada, en una parrilla recomenada por Ale.
Día 9 Metán – Rafaela (795 Km.)
El llano nos recibió de lo mejor. Un día muy caluroso, terrrible en Sgo. Del Estero, donde hicimos una escala para reaprovisionar combustible y cuidar nuestras prominencias abdominales que volvieron muy bien cuidadas en base a salames, quesos y demás yerbas...
Casi 800 km. De ruta nos depositaron en un hermoso Rafaela a la tardecita a un hotel a todo cu.. con pileta a la que le hicimos honor aunque ya era de noche.
Cachacha, pasó a saludarnos y recordó con Ale el viaje a Corona que hiceran el año pasado. Después del baño una pizza sanafecina bien regada con cerveza helada, fué la última cena en la que no nos privamos de brindar y rememorar las anécdotas del viaje, sobre todo relacionadas con la “dinamitada en la montaña” de los “cacanos”
Nos visitó una tortuga ninja-gay como para que no olvidemos de que tipo de travesía se trata!!!
Fué un viaje increible, que todavía estoy procesando y que de a ratos, mientras trabajo, me vuelve en un aroma, en el reflejo del sol, en alguna canción folklórica de las que escucho todas las mañanas, mientras desayuno. Cuando en la tele veo el Dakar, me parece reconocer las montañas, los caminos, los colores, que ahora... son un poquito mas mios.
Gracias Ale, que te abriste a compartir todo lo que conocés de la zona. Gracias a la vida, dirían Fito y la negra Sosa, que me regala estas cosas y con el agregado de poderlas compartir con mi gauchito que con sus doce años que todavía no cumple, disfruta esto a la par nuestra y es parte de las disputas de si esto lo vimos antes o después, si el cerro blanco es mas o menos alto que el galán, o si los Calchaquies terminan en el Abra el Acay... y todo es objeto de discusión, lo cual es signo de que lo vivió a pleno, como todos nosotros.
Sin duda un viaje inolvidable y una frase que queda en el aire... seguro que a estos lugares vuelvo
Día 10: Rafaela – Junín / Capital (440 Km. / 540 Km.)
Silencio en la radio... poca charla, uno va procesando lo vivido, con una media sonrisa y la melancolía que tiene siempre el último tramo, cuando ya nos despedimos de Ale y su fiel compañera cacana... “manda un mensajito cuando lleguen”
La ansiedad de volver a casa se mezcla con las ganas de que la ruta no termine nunca. Querés un mate?... dale amigo, por si fuera poco, estos viajes también dejan amigos en el alma.
GRACIAS PASION 4X4ROSARIO... una vez mas.. GRACIAS!!!