Ayer junto a Luiz conversamos acerca de la extraña historia de los pilotos brasileños que pelearon en la 2° Guerra Mundial para las fuerzas aliadas.
Acá sigue algo más:
Ya en los cuatro primeros meses de 1945, el Grupo de Caza Brasilero realizaría 1738 incursiones contra el territorio ocupado por el enemigo, enfrentando el nutrido fuego de las baterías antiaéreas alemanas. En esas misiones los P-47 Thunderbolt, castigaban en vuelo rasante y en bombardeo de picada los puntos estratégicos de las vías de transporte, posiciones de artillería, depósitos e instalaciones en poder del enemigo. Daba así el apoyo a las fuerzas terrestres, cumpliendo también misiones de escolta y de reconocimiento, en las cuales encontraba el pesado fuego de los cañones de 88mm alemanes.
Durante la campaña el grupo realizó 2546 salidas ofensivas. De los 48 oficiales que participaron de las operaciones, cinco perdieron la vida y ocho heridos abatidos por la artillería antiaérea alemana. En relación a estas perdidas, el enemigo sufrió varios daños considerables; 2 aviones, 13 locomotoras, 1034 vehículos motorizados, 250 vagones ferroviarios, 25 puentes, 85 piezas de artillería, 6 fábricas, 31 depósitos de combustible y munición, 5 usinas eléctricas, 19 embarcaciones y un número superior de blancos diversos dañados. También en el ataque a Monte Castelo, la actuación de los pilotos de la FEB fue destacado. Alcanzando las posiciones y los locales de reservas alemanes, contribuyó para el desenvolvimiento de las operaciones de infantería de la FEB rumbo al valuarte germánico de los Apeninos.
Seis meses antes de entrar en guerra, el Brasil ya sufría las primeras pérdidas. A partir de Febrero de 1942, los submarinos del Eje en desenvuelta acción en el Atlántico, comenzaron a atacar a los navíos mercantes brasileros. El día 14 fue hundido el Cabedelo con sus 54 tripulantes; el 16 el Buarque fue torpedeado y hundido en aguas de la costa de Estados Unidos; el 18 fue puesto a pique el Olinda; el 7 de Marzo el Arabuta y el 9 el Cariu; el 1º de Mayo el Paranaíba, el 18 el Comandante Lira y seguidamente seis buques más. Del 15 al 18 de Agosto a lo largo de las costas del Estado de Sergipe fueron hundidos el Beapendi, el Aníbal Benévolo, el Araraquara, el Itagiba, el Arará y el Jacira, perdiéndose muchas vidas humanas. Esos ataques y hundimientos llevaron al Gobierno brasilero a reconocer a existencia del estado de guerra con Alemania e Italia.
En 1943, adoptado el Comando Único Aliado para las operaciones estratégicas en el área Oeste del Atlántico Centro-Meridional, quedó la Marina de Guerra Brasilera representada entre las fuerzas marítimas integradas en ese esquema. La Fuerza Naval del Noroeste se incorporó a la 4ta Escuadra de los Estados Unidos comandada por el Vice Almirante Jonas Howard Ingram.
En su misión de patrullaje del litoral brasilero y de la tarea de proteger los navíos mercantes aliados, la Marina de Guerra de Brasil obtuvo los siguientes papeles; realizó 251 convoyes, siendo 181 en aguas brasileras y 70 en aguas extranjeras, perdiendo tres naves de vela, el navío auxiliar Vital de Olivera, La corveta Camacuá y el Cruzador Bahía, con la pérdida total de 468 hombres, entre marinos y oficiales. En los 32 buques mercantes hundidos perecieron 469 tripulantes y 502 pasajeros.
La utilización de las bases aeronavales de Natal y Recife por las fuerzas norteamericanas representó valiosa cooperación, no solo para el desembarque de los Aliados en el África del Norte en 1942, como también el desenvolvimiento de las operaciones en esa región y la neutralización del poder ofensivo del Eje en el Atlántico sur, durante el resto del conflicto.
En la defensa de la costa brasilera, la Marina de Guerra, que en las aguas del Noreste (área infestada por submarinos alemanes) empeñaba dos cruceros, el Río Grande del Sur y el Bahía, 11 destructores, 8 corvetas, 16 Cazasubmarinos, fondeó en Salvador el Acorazado Minas Gerais y en el puerto de Recife y Sao Paulo, para la defensa de esas ciudades. A finales de 1942, fueron reforzados los efectivos de las FAB en las bases aéreas de Ibura, cercana a Recife y Parnamirim en Natal. El ejército concentro numerosas unidades en Natal, Recife y Campinha Grande.
Se instaló en el Archipiélago de Fernando de Noronha un destacamento mixto, comprendido por unidades de artillerías, infantería y contingentes de ingeniería. Los cañones de costa del Grupo Móvil de Artillería de Costa y las baterías antiaéreas del I/2º RAAA que tenían por misión defender de una posible incursión enemiga las estratégicas islas. Con la ocupación de África del Norte por los Aliados, se desvaneció tal peligro, y pasó a representar Fernando de Noronha el trampolín hacia África. Allí aterrizaban, en escala hacia Dakar, en una excelente pista construida en tiempo acorde por los norteamericanos al correr el año 1943, los cuadrimotores B-24, Libertador, de bombardeo y varios otros de transporte. Aviones PBY "Catalina" y bimotores Vieja aventura daban protección aérea al archipiélago.
Sobre el papel desempeñado en el archipiélago por el soldado brasilero, cuenta el Mariscal Tristao de Alencar Araripe, que como general del destacamento: "Allá lo vimos sobre el sol abrasador, la lluvia y el viento, de calzoncillos y torso desnudo, transformados en fontaneros, estibadores y tantas otras tareas...". Relata las extremas dificultades de abastecimiento frente a la intensificación de la ofensiva submarina enemiga, y las penurias de alimentación y agua; "El agua para beber venía de viejas cisternas del tiempo del presidio y de pozos de poca profundidad. Era pesada y salobre y no alcanzaba para terminar con la sed. La pequeña capacidad de las cisternas y pozos obligaba al racionamiento del líquido indispensable... El corned beef fue por meses el alimento esencial de la isla y por ello, se le llegó a odiar... La falta de cigarrillos, el suplicio de los fumadores... La nostalgia, la neurosis de la soledad y de extrañar a los suyos contribuían para los desajustes profundos de muchos jóvenes. En el cementerio del Alto da Floresta, en Fernando Noronha, hay sepultados un puñado de bravos anónimos...". La disentería y el beriberi cegaron muchas vidas.
Fuente: Foro Segunda Guerra Mundial
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