Cansado de estar a la espera de la fluida prosa de Flopy y ansioso por compartir una hermosa escapada al cerro Áspero, les paso un primer resumen de una nueva salida:
El día viernes partimos en diferentes horarios: Flopy, Moni y Mara en la Rangerita; Hugo, René y Micaela en la Toyota con el Jeep de René a tiro; y Marian y yo en la GV. El punto de encuentro fue un lindo chalet (p
ara 14!!!) en Río de los Sauces, donde acompañamos el muy jugoso (
léase crudo) asado by Flopy con ricos tintos, cervezas y fernet .
Por la mañana salimos temprano hacia Pueblo Escondido, y tomamos el desvío a la mina San Virgilio, para llegar, luego de unas interesantes trepadas a modo de preámbulo de las piedras que íbamos a encontrar más adelante, ante una señal de “No Pasar” en la entrada de la mina
. Decidimos GPS en mano, seguir por una senda que se bifurcaba para luego (teóricamente) volver a la ruta original hacia la Cuesta Brava. Este nuevo camino resultó ser muy pintoresco y con alguna (
media) dificultad. Luego de un amplio rodeo y gracia$ a un puestero que no$ indicó un atajo, llegamos a la cumbre del Cerro Áspero.
Empezamos a bajar los Caracoles a buen ritmo, hasta que nos cruzamos con cuatro chatas subiendo (3 de ellas Hilux estándar!!!) que nos hizo parar unas dos horas
(párrafo aparte merecería el estado de una de ellas, recién sacada de la concesionaria y muy golpeada).
Con algunos souvenirs, sin mayor importancia, llegamos a Pueblo Escondido ya de noche, donde nos estaba esperando don Serra con cerveza artesanal, empanadas, pollo al disco con champignones y de postre panqueques con dulce de leche!!!
.
Cruzando el pintoresco y bamboleante puente colgante, armamos campamento para el merecido descanso.
La mañana se presento nuevamente soleada, y tras el desayuno con mermelada casera, emprendimos el viaje de retorno hacia la Cruz. Este camino no está mucho mejor que los Caracoles, pero por suerte avanzamos sin mayores contratiempos. A pesar de tener mucho menor despeje, la GV se portó de maravillas y casi regulando trepó a buen ritmo, teniendo que acomodar piedras sólo un par de veces y nunca necesitando eslingas ni malacates
.
Un grupo excepcional, con permanente buena onda, terminó de redondear una experiencia magnífica: el debutante René con su poderoso Jeep como nene con juguete nuevo, Flopy y sus dos copilotas de lujo y Hugo con su hija Mica siempre bien dispuestos y disfrutando cada momento.
Otra vez debo decir:
Gracias Pasión, gracias por dejarme ser parte de este hermoso grupo de gente!!!Algunas fotitos para matizar la espera, ya que esta vez creo que sacaron más Flopy y Moni: