En busca del Camino Perdido. Segunda y Última Parte.
Habíamos llegado a un punto donde el viejo camino dejaba de verse.
Según el GPS continuaba, según nuestros ojos no.
Seguimos adelante.
Siguiendo los datos y puntos referenciales marcados por Ojos de Google Earth y sus secuaces continuamos hacia delante. Altos pastizales, mallines, piedra suelta, de vez en cuando encontrábamos algo que alguna vez parecía haber sido un camino.
Empiezan los problemas.
En un paso que parecía fácil, queda colgada la Ranger. Sola no sale.
Ups. Apareció el Plomero.
La Dodge al rescate. Hubo que usar el malacate.
Edgardo también se cuelga con la Toyo con eje rígido pero a fuerza de acelerador, sale.
Algunas consecuencias.
Continuamos y después de un tiempo de marcha vislumbramos la cruz en la montaña que marca el accidente del Fokker.
Habíamos terminado con la primera etapa de nuestra expedición.
Ve vuelta hacia Yacanto de Calamuchita nos acompañaba una tormenta. Relámpagos iluminaban el cielo y hacían que la noche se haga día.
Apuramos la marcha.
Llegamos y establecimos campamento. El tiempo nos dio para armar las carpas pero no para el ansiado asado. Comienza a llover.
Quedaría para mañana ir a hacer el tercer tramo de la expedición (el segundo lo dejamos para otra).
Desde El Durazno a Lutti hay un camino provincial. Está en los mapas. En la práctica, los dueños de los campos se han adueñado del camino. Tranqueras con candado obligan a hacer un rodeo de casi 200 Km. Intereses económicos que no vale la pena mencionar en este relato, lo que sí les puedo contar es que pronto este camino va estar abierto nuevamente.
En camino de nuevo hacia Santa Rosa de Calamuchita sucede lo inesperado. En una recta del camino y mientras Rober estaba adelantándola, una Toyota de una pobladora del lugar lo embiste intempestivamente. Vuelco y a la banquina. Los ocupantes ilesos.
Ponemos en condiciones la Toyo de Rober y continuamos el camino, ahora de vuelta a Rosario.
Mientras comíamos finalmente el ansiado asado junto al río en el camping de Río Tercero pensábamos ya en volver.
FIN