Retomo el relato… y vamos hasta el final.
Había quedado en que un río nos cortó el último tramo hasta el Refugio González. Llovía, estábamos cansados después de casi 14 horas de marcha por lo que decidimos estacionar las camionetas a una distancia prudencial del curso de agua y, ante la imposibilidad de armar campamento, cada uno cenó dentro de su móvil. La radio traía la información del tornado que había golpeado Montecristo, 115 km al NE de nuestra posición según informó Mr. Garmin y después, extrañamente, una FM empezó a pasar la historia de Creedence Clearwater Revival. Está claro que pasaban cosas raras esa noche, en tierra de cuartetos escuchar un informe de John Fogerty & Cia. Después de una picada, reclinamos los asientos, apagamos las radios y a dormir.
A la mañana siguiente pudimos comprobar que cerca habíamos estado de nuestro destino (no digo objetivo porque el viaje ya estaba al 100% y solo nos faltó el aspecto social de la cena de cierre). Arriba de una loma podía verse el refugio y un sencillo camino que salía del río. Nada era visible la noche anterior. Desde nuestra posición hasta el Refugio había exactos 1000 metros.
Comenzamos el retorno y, soy honesto, me sorprendí de la bajada que transitamos de noche y con lluvia. Digo que la noche tiene sus ventajas: uno no sabe donde se mete por lo tanto el cagazo no aflora. El mundo, más chico, termina en el pedazo que los faros alumbran adelante. Nada más. Diego, un cómplice de Gago, salió caminando para ver como seguía la cosa. Volvió con un perro y un par de datos: a) el camino más sencillo era el que intentábamos hacer (Musa y El Turco habían cruzado el río rumbo al Refugio para explorar el otro camino que desde S31 58 40.5 W64 54 03.9 va a González y que en Mapear figura como “Solo 4x4”) y b) el puesto que habíamos cruzado en S31 58 37.9 W64 54 10.0 tenía capacidad para albergar a 30 personas (nosotros éramos 17 más Musaraña, un enigma digno de un especial de National Geographic) y comida caliente. Haberlo sabido antes ¿no? Bueno, para tenerlo en cuenta. Había sol pero había barro. Y ya no contábamos con la lluvia que lava las ruedas. Con la duda respecto del Kaleuche, venía con un elástico roto reparado en forma casera (Idea: Turco; Ejecución: Paulo) y problemas de combustible, fuimos avanzando a la friolera de 1,4 kilómetros por hora. Espeluznante promedio, si llego a viejo se lo voy a contar a mis nietos, el día que fui veloz. Sin mayores inconvenientes fuimos sorteando los accidentes del camino, hubo una subida embarrada justo después de terminar la bifurcación usada para evitar el Peor Paso que supuso algún desafío y acelerar un poco más (me sorprendieron las Michelin LTX del Avispón, obviamente sin ser MUD, desde ya) mas algunos lugares complicados en S31 58 28.0 W64 53 44.7 (una trepada que por suerte a la noche fue para abajo, de lo contrario…); S31 57 37.8 W64 54 06.3; S31 56 34.4 W64 54 35.8. Y no faltaron las experiencias místicas. Los rezos de la Hermana Andrea
consiguieron la multiplicación del combustible en varios vehículos (tanques que marcaban medio y al rato indicaban ¾ y, ojo, en terreno nivelado aclaro para los escépticos). Entre las 20:00 y 20:30 llegamos al Cóndor (en 3 grupos distintos) y nuestro viaje al Champa 2009 comenzó a irse para pasar a engrosar la ya importante lista de recuerdos obtenidos desde que formamos Pasión. El Pela & Mauri (si me señala Mauri me animo a llegar al Aconcagua con la SW4) y Musa & Raulito pegaron la vuelta a Rosario. El resto a Va. Carlos Paz para el ya tradicional chivito de despedida. Algunos a hotel y el resto a la casa de Diego que por 2° vez puso a disposición su casa. Un fenómeno.
Gracias todos por ser parte irremplazable de un viaje bárbaro, por compartir la sensación que, pese a las dificultades que nos propuso el terreno, el clima y la inexperiencia, pudimos.
Gracias Andrea porque si vos no ocuparas la butaca derecha yo no iría a ningún lado. Si hasta conseguís que los tanques se llenen de combustible…
Y a vos Pasión, ya lo dije, ¿cómo hago para darte las gracias?
Y como dice Jorge Drexler:
Algunas veces, mejor no preguntar,
por una vez que algo sale bien,
si todo empieza y todo tiene un final,
hay que pensar que la tristeza también
se va,
se va,
se fue…