El sábado 21 de marzo comenzamos a saldar la deuda que muchos de nosotros teníamos con el Cerro Champaqui, hablamos del camino “El Cóndor”. Como a las 8:30 (tarde para no faltar a la tradición de no respetar horarios) iniciamos el camino desde la YPF de Perú y Pellegrini. La caravana era integrada por Gusre (Kaleuche), Pela y Mauri (SW4), Turco y Matías (Trooper), Musaraña, Raulito y algo así como un perro (Hilux) Capitán Guillote y Mariana (Hilux) Paulo (Nissan) La escuadrilla Gago (Vitara) Andrea y yo (Avispón Verde) Sin novedades llegamos a Alta Gracia como a las 4, cargamos combustible, hielo, agua para los termos y retomamos el camino a El Cóndor. Dos horas más tarde estábamos dejando el pavimento para caminar los últimos kilómetros hasta el lugar del campamento que fue levantado en S31 46 39.2 W64 49 52.4, unos 10 kilómetros antes del Mal Paso. Fue noche de pollos al disco, vino, bebidas blancas y conversaciones muy profundas acerca de la fragilidad de la existencia. Musaraña nos envolvió a todos con sus elaborados sofismas. A la mañana siguiente casi toda la tropa respondió a la diana del Pelado que a viva voz, como a las 7, comunicaba a quien quiera oírlo (y a quien no también) que había culminado con éxito la limpieza de su tracto intestinal. Todos aquellos que estábamos despiertos fuimos testigos del comienzo de una migración anticipada de cóndores rumbo a las calidas tierras de Alaska. La cosa es que volvimos a salir tarde. Ya comenzábamos a medirnos la corona de pelotudos del año. La consagración tendría lugar 14 horas más tarde, a orillas de un arroyo que decidió existir un rato antes de nuestra llegada, bajo una lluvia muy fría mientras entonábamos a voz en cuello las estrofas de “Cuchillito tenía razón”. Pero antes hubo un Mal Paso que nos fue mostrando como venía la cosa, un Paso Difícil que afirmó lo anterior, una errada de track que gracias al Pelado Ariel no significó esquivar el Peor Paso y a las 15:30 fue El Encuentro. Porque hay que ver esa pared adelante tuyo y, básicamente, el poco lugar para maniobrar. Y la cosa no empezó muy bien. Fue Guille. Salió a malacate. Fue Panda. Salió a malacate. Y todo pintaba para irnos con la canasta llena. Dos penales, dos errados. Fue El Pela. Subió con las dos ruedas delanteras en el aire. La tribuna se venía abajo. Mi turno. Aerosmith en el CD del Avispón Verde (cabala de cuando derroté a la Cuesta Brava en el 2006), las indicaciones del Mauri y allá fuimos con la certeza que a mi no me iba a ganar (lo dije antes de subir a la chata, hay testigos). Hasta me dio tiempo para hacer el “fuck you”, de seguir derecho, volver para atrás y tomar el camino correcto. Honestamente me sorprendió el comportamiento de la sw4 en la piedra. No esperaba tanto. Pero la gran sorpresa fue, sin dudas, Gago. Se acomodó en la Vitara, subió la trompa, miró y aceleró. Allá fue la Vitarita que hasta unos minutos antes tenía problemas de temperatura. Fue una constante del viaje: pasó por lugares que vehículos en teoría más preparados no lo hicieron, cargada con 4 pasajeros. Y creo que hay mucho de manejo ahí. Finalmente cayó el Peor Paso I porque a su turno todos subieron. Cerró el Turco en llamas en el único lugar que aceleró la Trooper. La revancha llegó con el Peor Paso II. La “V” maldita. Y la amenaza de lluvia. Y la noche que se venía. No hubo caso. Todos hicimos un par de intentos y salimos a malacate. Estaba muy flojo el piso, no había forma de hacer traccionar a las camionetas. ¿Siempre es así? Tal vez con más tiempo y acomodando piedras. Pero bueno, un aliciente más para volver. Ver como se sale del Peor Paso II. Y enseguida vino la lluvia acompañada de la noche y algunas piedritas (desde el cielo). Acá quedó probada la gran diferencia que existe entre los GPS para off-road y los puramente ciudadanos. Es algo para tener en cuenta. Fuimos avanzando lentamente. Personalmente pensaba que no podríamos ir mucho más adelante. Honestamente siempre le tuve respeto a la piedra mojada (por no decir cagazo) y de noche no te digo nada. Sin embargo llegamos a 1000 metros del Puesto González. En S31 58 42.7 W64 54 19.2 un río nos paró. Ya no se veía la salida, llovía y parecía correr con fuerza. Eran casi las 23 horas. Lo más prudente fue estacionar las camionetas y hacer noche allí. Sabíamos que estábamos cerca pero no que tan cerca. Mañana sigo.
_________________ Capo LU2 FCA N 39º 47' 35.27" W 86º 14' 19.97" "Hasta la victoria, siempre" "El momento más espantoso es siempre justo antes de empezar"
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