Vean esta historia de un participante (argentino) en el Dakar. No la conocía, la lei en Patagonia.
El marplatense Andrés Junco sigue adelante en la competencia a bordo de su moto. Setenta días antes de largar se le diagnosticó leucemia
Andrés Junco es otra de las grandes historias del Rally Dakar, acaso la competencia más dura del automovilismo mundial por la extensión y la exigencia del terreno.
Al marplatense se le diagnosticó leucemia setenta días antes de largar la carrera de sus sueños y por eso siguió adelante: hoy su objetivo es cruzar la línea de meta en Buenos Aires junto a su KTM 690.
Con 41 años y 25 de experiencia en motocross, enduro y rally, Junco -el cuarto en la foto, de izquierda a derecha- compitió durante años junto a su amigo Orly Terranova, el argentino que más atención acaparó en la edición 2009 del Dakar, la primera en la historia que se corre en nuestro país.
"Andrés no corre con la cabeza totalmente puesta en la carrera. Lamentablemente setenta días antes del comienzo del Dakar le dijeron que estaba enfermo de leucemia. Es incurable, pero sí tratable", comentó uno de sus asistentes, Ávaro Hidalgo, en diálogo con MDZ.
Cada día es una lucha en la vida de este piloto y el Rally no da concesiones: no recibe asistencia durante la carrera y cada 96 horas debe realizarse estudios para controlar sus glóbulos rojos. "Si algo cambia, automáticamente, por orden del médico, tiene que dejar la competencia", explica Hidalgo.
También afronta dificultades por el bajo presupuesto con que cuenta. "Ha tenido problemas chicos… se afloja el motor o la butaca, pero se van solucionando en el transcurso de la carrera. La mayor suerte que tiene es que largó con una moto 0 km", concluyó su asistente.
¿Qué menos se merece que llegar al final de la carrera?