Ok, después de ese paso seguimos por el camino de cornisa hasta llegar a un claro. El camino seguía para abajo y la ladera derrumbada. Era hora de almorzar, entre que salimos tarde de Valle Hermoso, el vadeo y el trabajo del derrumbe nos sorprendió el medio día. Ahí no más el cielo se puso negro mal y otra vez lluvia. Una vez que paró y ya comidos encaré la chata por el camino hasta el derrumbe. Había que trabajar otra vez ya que la inclinación era mucha.
A medida que paleabamos probamos de a un metro con la camioneta a ver si iba. En ese momento un baqueano nos dice que mas adelante hubo tres derrumbes muy grandes y que no había forma de pasar. Así que dejamos las palas y caminamos unos 300mts. Era el fín de la travesía, derrumbes que tapaban el camino con 1.5mts de altura de las piedras sobre los pasos. No había forma de pasar, ni de palear. Evaluamos la ladera de enfrente, ir por el lecho, la ladera que veníamos pero hacía falta una máquina para despejar las piedras.
A regresar. Cuando quiero ir lentamente hacia atrás, noto que la rueda trasera comienza a resbalar hacia la cornisa. Estabamos complicados, la j se iba para abajo.
Comenzó un gran trabajo en equipo. Atada con el malaco del Defe, paleando, moviendo la camioneta despacio para atrás, para adelante y con tres de los mejores nutridos sobre los rocks pudimos sacarla para arriba.
Fabian de Wilde.
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Las próximas salidas se organizan en el viaje de vuelta de la que termina.
Juan 3:16