Registrado: Dom Abr 10, 2005 7:25 pm Mensajes: 7603 Ubicación: Rosario (SF)
El comandante Caponi se ha inspirado en hechos reales (la travesía) para dejarnos un cuento de su pluma ...
LOS PERROS HUAYCOS
A menudo la vida del escritor es ingrata. Básicamente solitaria. Se está expuesto a una pantalla en blanco, a las presiones para que tal o cual trabajo esté finalizado en determinado plazo. Nadie entiende, solo nosotros, que las experiencias (al fin y al cabo escribimos sobre eso) deben decantar. Deben, a su manera, sufrir el paso del tiempo. Como los caminos que enfrentamos cuando marzo del 2017 moría.
El 5 de enero de 1912 New York City se preparaba para recibir una devastadora tormenta de nieve. El frente avanzaba desde los Grandes Lagos, solo que, claro, no existían más instrumentos que la observación. Y los preocupantes testimonios. Como a las 7 PM, en un bar ubicado en el cruce de Pearl St con Pine St, el Obelli´s Tavern, Jean Baptiste Castellain un joven biólogo francés oriundo de Arromanches-les-Bains apuraba el ultimo whiskey mientras George Obelli, atrás de la barra repartía su tiempo entre discutir con su cocinero Little Mike y observar el extraño tatuaje que en su mano izquierda exhibía el biólogo: “3,1416-3,1416”.
La “Obelli´s Tavern” gozaba de moderada fama en aquellos años en la que New York aun no era Gotham City (Ciudad Gótica) solo que sus tiempos de espera eran excesivos. Cuando se abrió la puerta de ingreso y en el pobre resplandor de las farolas se recortó la figura de un viajero por delante de la ventisca, nadie prestó demasiada atención. Mientras se acomodaba al lado del joven Castellain este pudo observar a quien más tarde, en un pobre inglés, se presentaría como El Sr. Guevara (sic). Castellain, algo achispado por el abundante alcohol ingerido, estudió la anatomía del recién llegado, al fin y al cabo era biólogo, y murmuró “la tormenta, hasta las boyas buscan terreno firme”. Una hora después, el viento ya rugía fuera de la taberna, el Sr. Guevara comenzó a relatar que era el único sobreviviente (tal vez habría un par más) de una fallida expedición en las montañas de América del Sur. Castellain, ya en pedo, expresó que estaba frente a un gran edema, producto de la altura, sin dudas. Pero era humor para los bares vecinos a la Académie des sciences de París, no para la Obelli´s Tavern. Guevara refirió que habían partido desde un puerto no especificado al norte de la Isla de Santa Catarina y que mientras la rodeaban, cerca de un paraje conocido como Bar do Arantes, fueron abordados por una pandilla de surfers que los sodomizaron. Castellain, en esa parte del relato, creyó ver un brillo nostálgico en los ojos de Guevara pero solo fue un flash, tal vez un efecto producido por la fina nieve que lamía las farolas de Pearl St.. El viaje siguió por mar hasta Montevideo y de ahí con rumbo oeste ya por tierra con una caravana de carruajes que él identificó como “Cherokees” y “Gran Cherokees” y que se convertirían en una calamidad con sus roturas de ejes. Guevara explicó algo de una pista de un rulemán sobre el eje pero Castellain no comprendió absolutamente nada. Eran tecnicismos para él inalcanzables, incluso sobrio. El último carruaje colapsó a 100 kilómetros de Montevideo y desde allí siguieron a pie y a caballo. Guevara ya no lo recordaba con exactitud pero en Argentina se les unió un hombre bajito, de bigote, que se hacía llamar “Tape” y que recién después de mucho andar informó su apellido. Arriola.
En ese punto los parroquianos que escuchaban arrobados el relato del Sr. Guevara dieron un respingo. La noche anterior un sujeto con esas características e idéntico apellido, aunque se hizo llamar “Teip”, había relatado que una semana atrás, por poco, había escapado de los vampiros de Jerusalem´s Lot en la más o menos lejana y helada Maine. Y también había asegurado que en unos días más partiría hacía California, que si alguien quería ir estaba invitado. La caravana siguió avanzando y se adentró en la precordillera, no muy lejos del límite con Chile. A pie vadearon un río, Guevara sorprendido confesó que con las conflictivas Cherokees y Gran Cherokee hubiesen renegado más, y se aprestaron a hacer campamento. Arriola, siempre gentil, anunció que esa noche cocinaría lentejas. Un guiso de lentejas para la fría noche de la montaña. Sonaba bien. La moral del grupo estaba alta. Para la mañana siguiente debían sortear una complicada estribación para la que no todos parecían aptos pero había confianza. Como a las 8 Arriola comenzó a servir las lentejas. Bebían vino y cantaban. Como a las 9 comenzaron los primeros ruidos. Alguien supuso que venían de la alta montaña. El primer pedo generó risas groseras. Media hora después todos, excepto Guevara, el indestructible Arriola y un par más, corrían desesperados bañados en mierda bajo un cielo tan negro como el que en ese momento cubría New York City. Fueron muertes horribles. La mayoría tenía el abdomen desgarrado por las explosiones, otros, los menos, se habían desbarrancado envueltos en diarrea. En este punto Castellain pareció volver de su borrachera y preocupado se planteó si el Sr. Guevara aún estaba por reventar.
Tímidamente preguntó que buscaban en la montaña. Los Perros Huaycos murmuró Guevara (¿en fase de armado de la espoleta?). No dijo Huaycos Dogs. Dijo Los Perros Huaycos. El joven biólogo de Arromanches-les-Bains no tuvo tiempo de repreguntar. Cansado Guevara dijo “perros de patas y cuellos largos”. La descripción se tatuó a fuego en Castellain. Perros de patas y cuellos largos. Antes de cerrar alguien contó que también hubo un cocinero Arriola en la trágica expedición que en 1845 encabezó el Capitán Sir John Franklin a bordo del Erebus y el HMS Terror en la búsqueda del esquivo Paso del Noroeste. La expedición zarpó de Greenhithe, Inglaterra en la mañana del 19 de mayo de, con una tripulación de 24 oficiales al mando de 110 hombres. Todos murieron sin lograr el objetivo.
Jean Baptiste Castellain nunca pudo viajar a América del Sur en busca de, tal vez, uno de los secretos mejor guardados por la Cordillera de los Andes. Los Perros Huaycos. Perros de patas y cuellos largos.
Marzo del 2017 se iba tan intrascendente.
Todo fue veloz. Todo lo veloz que nunca será la Toyota 3.0 L aspirada. Como con el viaje al Nihuil me dejé envolver por las palabras de Tonga y de Wally que volvió a usar la palabra “épico”. Esto me dejó en claro que su vocabulario, como en el 2015, seguía siendo escueto y que por una extraña razón había incorporado “épico”. Otra vez las demenciales aspiraciones de nuestro Track Master. Llegar a la Laguna de las Huaycas por la cara norte, algo nunca logrado por vehículos a motor? Un logro con nula probabilidad de comprobación. Fitzcarraldo escapó a Herzog y vive en Rosario. En medio día había logrado que todo (cuando digo todo, es todo) mi entorno ponga cara de ojete, había comprado una goma de auxilio, había carancheado una costilla asada en el taller del Turco y llenado el tanque de gas oil de la asmática aspirada. Hacia el final de la tarde Tonga me comunicó que, como parte de un estudio sociológico que estaba realizando, había decidido viajar conmigo. Quería saber cómo viven y sufren los pobres.
Ese miércoles, cuando daba arranque al 5L pensaba que me daba igual la Laguna de las Huaycas que la lejana Quảng Trị. No tenía idea donde iba. Y mucho menos como llegaría un vehículo tan poco apto, apenas noble (un valor que en estos tiempos se transformó en nada), con un conductor ya olvidado de todo. Nos pusimos en ruta junto al Tape Arriola (si, hay reportes que ese mismo día, a esa misma fue visto al sur de Maquinchao pero el hecho no nos sorprende. Hay, confirmados, hasta tres avistajes simultáneos). Tanto derroche de potencia rumbo al oeste: entre la Toyota y la Patrol juntábamos 200 HP. Una bestialidad. Ya pasando Córdoba se nos unió el Tío Hugo. En rigor, nosotros nos unimos a Él. Al final del día cargábamos combustible en Villa Unión.
Faltaba poco para que los primeros acordes del rock and roll empezasen a sonar. Tan poco como desandar los escasos kilómetros hasta Guandacol. Mas propiamente, hasta la FM de Guandacol que interrumpió el especial de Deep Purple y Led Zeppelin para anunciar a Puesto Cuevas nuestra llegada. Un entretenido camino de ripio con algunos vadeos nos depositó en un oasis en la montaña. Una puerta a cuarenta y cinco años atrás. A experiencias alguna vez vividas y olvidadas bajo la dictadura del tiempo. El olor a la leña. El pan casero. La cena bajo la mortecina luz de baterías. Camas con flejes, colchones de lana y un suave olor a humedad. Supe ser feliz en lugares así bajo el mismo, exacto, cielo estrellado y austral. Aquella noche en Puesto Cuevas volví a agradecer a Pasión estar en un lugar así.
Puesto Cuevas, por el rio llegan Damian y Pipi
El jueves como a las 11 la caravana de completó. Arribaron Damián, El Turco y Wally a bordo de la Nissan Célica Hatchback y Pipi Castellani junto a Daniel en la SW4 Old Fashioned. ¿Qué buscaba Pipi en esos lugares? Nunca se sabrá pero su conexión con el biólogo francés era más que evidente. Durante el ocaso de ese miércoles, hago una digresión temporal, pude verlo en lo alto de una pared de arena, ejemplar en su lengua original de Les Fleurs du mal en una mano, inodoro portátil en la otra recitando a Baudelaire, el poeta maldito:
Sans cesse à mes côtés s’agite le Démon II nage autour de moi comme un air impalpable Je l’avale et le sens qui brûle mon poumon Et l’emplit d’un désir éternel et coupable.
Aquella obsesión de un joven Jean Baptiste con Los Perros Huaycos, nacida del relato del Sr. Guevara, se había trasladado a ¿un familiar? Sospecho que no existe vínculo alguno entre ellos más allá de la biología. Pero el tiempo es circular, como más adelante se verá.
Antes de partir se arman las tripulaciones definitivas: Tío Hugo – Turco (Toyota Hilux Enfierrada y Automática, de a poco Él también se va afeminando); Damián – Wally (Nissan Célica Hatchback colonizada por el Enano) Pipi – Daniel (Toyota SW4 Old Fashioned) Tape – Nadie (Nissan Patrol veterana de la batalla de Iruya) Capo – Tonga (Toyota Hilux 3.0 Asmática)
XX "quebrada de las mulas", un baypass al Cuerno para desembocar en la Laguna del Descubrimiento"
XX "quebrada de las mulas"
XX "quebrada de las mulas"
XX "quebrada de las mula"
XX "quebrada de las mula"
El primer off road fue fiel a la historia de nuestro Track Master. XX “Quebrada de las mulas” abortada. Dificultad mayor a la prevista y falta de tiempo.
Seguimos con buen ritmo rumbo norte y más tarde noroeste. Comenzábamos a trepar de manera constante. Mis brazos se iban aflojando muy de a poco. Pero la incertidumbre no cedía. ¿Dónde íbamos? Nunca comprendí el porqué de la confianza que en este grupo goza Tonga. Ya se dijo varias veces. Sus tracks no llegan a ninguna parte y cada vez son más ambiciosos. Megalomanía en estado puro. La definición misma. Pero íbamos. Para arriba. Llegando a Salina del Leoncito tocamos los 4000. Vista sobrecogedora y hoy que me sigo preguntando como llegaron los 90 HP hasta ahí. En ese momento el 50% de la dotación se había declarado en paro. Y me detengo para ponerlo en perspectiva. 50% de 90 HP es 45 HP. Disponía de menos potencia que en un R12 TL carburador Yerberita de una boca. En el medio de la nada acompañado por un demente que clamaba “iremos por donde no ha ido nadie”. Ya en ese punto observé algo que duraría todo el viaje. Estimo que por efecto de la altura El Turco sufrió una mutación en su mano derecha. La misma no perdió su forma, los 5 dedos tamaño ristra de porongas seguían ahí, pero en la palma se formó una lata de cerveza (siempre llena y helada). Siempre que lo veía, la lata de cerveza estaba ahí. La última vez que fui testigo del fenómeno estábamos retornando, unos 200 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba. Por eso lo asocio a la altura.
almuerzo en "Las Jarillas", refugio minero abandonado
avanzando por el rio/quebrada Las Jarillas
avanzando por el rio/quebrada Las Jarillas
XX unión entre Las Jarillas y la Salina del Leoncito
un abra a casi 4.000 metros
vista desde el mirador
XX unión entre Las Jarillas y la Salina del Leoncito
XX unión entre Las Jarillas y la Salina del Leoncito
Salina del Leoncito a la vista
Salina del Leoncito
El 5L es modesto en cuanto a potencia pero parejo en su marcha. Eso a nivel del mar pude comprobar. Afortunadamente comenzamos a bajar. Rumbo a los llanos de Pastos Largos, a las paredes de arena y al río Blanco. Esa mañana, en Puesto Cuevas, nos habían advertido de las dificultades del vadeo. Nada sucedió. Esta vez los Tonga Tracks nos llevaron a puerto seguro. Un agradable lugar para acampar en S28 28.418 W69 08.916. Nada casual. Le pregunté a Tonga por qué ese lugar. Porque después tenemos una trepada muy complicada me contestó. Y no creo que esto lo haga. Remarcó el “esto”. Lo miré. Su cara, apuntando a la Toyota, tenía los colores de una calavera, las cuencas de los ojos tan vacías como la muerte y ya no sonreía. El sol se ocultó tras los gigantes del cenozoico. Y creí, solo yo, oír un trueno. El panorama no era el mejor. Grados de inclinación. Suelo arenoso de un lado. Vegas del otro.
Armamos campamento.
Bajada al Rio Blanco
Bajada al Rio Blanco
amplio cauce del Rio Blanco
Bajada al Rio Blanco
Vadeando el Rio Blanco
Vadeando el Rio Blanco
Curiosas formaciones, juegos de la erosión
Campamento
Campamento, el escote detrás es el desafío de la mañana siguiente
Y entonces fue que el Tape Arriola, siempre gentil, anunció que esa noche cocinaría lentejas. Un guiso de lentejas para la fría noche de la montaña. Y el círculo del tiempo se cerró. Nadie conocía la historia del Sr. Guevara, pero yo si sabía del Arriola en la expedición de Sir John Franklin. Está documentado que en la bahía Disko de la isla Whale Fish, en la costa oeste de Groenlandia, se sacrificaron los diez bueyes que llevaban los barcos de transporte como provisión de carne fresca; los suministros fueron transferidos al Erebus y al Terror y los miembros de la tripulación escribieron sus últimas cartas a casa. Antes de la partida definitiva de la expedición, cinco hombres fueron dados de baja y enviados a casa en el Rattler y el Junior Barretto: con estas bajas, el número de miembros de la expedición quedó fijado en 129. La cena previa a la partida fue, precisamente, guiso de lentejas con carne de buey preparada por un tal Arriola. La mezcla fue tan asquerosa que se inició un motín entre los miembros de la tripulación que solo se detuvo por las diarreas explosivas que teñian de marrón los hielos circundantes. Uno de los 5 expulsados fue el cocinero que volvió a Inglaterra y desapareció. El destino de los 129 embarcados ya es conocido.
Esa noche cenamos lentejas. Un guiso de lentejas para la fría noche de la montaña. Tal vez con los años pueda relatar en detalle lo que oí horas después. Ya de madrugada. Ruidos espantosos que parecían venir de las entrañas de la piedra. Y un lamento en francés que, lejano, cercano, sonaba como “dios mío no puedo parar de cagar”, “uh…también me estoy meando” y “este mameluco del orto, no llegué a bajarlo”. La acústica es misteriosa en esos parajes. Yo no hablo ni entiendo una palabra de francés pero estoy seguro de mis oídos.
XX del Rio Blanco a Refugio Carnerito
La trepada era terrible. Quiero remarcar una idea anterior. Menos potencia que un R12 TL, carburador de una boca. Arena de un lado. Vega de otro. Me sentí un piloto de B17 rumbo a Berlín. Primera a 2000 vueltas y la Toyotita empezó a trepar. Y trepo´. Y trepó. Y trepó. Y llegó arriba. Casi de una. Solo tuve que abrir la compuerta trasera y largar lastre: rueda de auxilio número dos, bidones de gas oil, leña, botellas, contrapeso de arena. Fue el punto de inflexión del viaje. Muy temprano en la mañana habíamos derrotado el lugar que más incertidumbre nos generaba: una XX marcada como “motos”. Sí. Llegaríamos a la Laguna de las Huaycas por la cara norte. Como nadie antes (según Tonga)…
XX del Rio Blanco a Refugio Carnerito
XX del Rio Blanco a Refugio Carnerito
XX del Rio Blanco a Refugio Carnerito
XX del Rio Blanco a Refugio Carnerito
un abra con el Vn Veladero de fondo
XX del Rio Blanco a Refugio Carnerito
Refugio Carnerito
Continuamos con rumbo NO por algunos kilómetros más. Siempre bajo la atenta vigilancia del Veladero y, más lejano, el Piscis. Un cielo perfectamente azul. Hasta un refugio circular a la vera del río Carnerito, a 4000 metros y previo a una zona de vegas. ¿Se habrían refugiado allí el Sr. Guevara y “Tape” Arriola después de la tormenta de mierda que acabó con la expedición de los Perros Huaycos? Nunca lo sabremos. Si sabemos, porque está documentado, que Él (El Tío Hugo) tomó posesión del refugio y fue anexado a los dominios de Pasión 4x4 Rosario.
Costeando el cauce del río Carnerito atravesamos una extensa zona de vegas rumbo SO ya con la misteriosa Laguna de los Huaycas (¿y los perros huaycos?) delante nuestro aunque no a la vista. Avanzábamos al frente de la caravana y recuerdo claramente preguntarle a Tonga qué era, exactamente, una vega. Segundos después la mitad de la Asmática había desaparecido en una masa verde amarillenta amorfa y acuosa. Recordé el cuento La Balsa de Stephen King. Difícil tarea de rescate que demoró el avance y continuamos.
Que es una vega?
La Toyo de Capo hasta los ejes
Bordeando las vegas, siempre el Veladero custodiando la caravana
Afortunadamente pudimos costearlas y cerca del mediodía, luego de una extensa pero accesible trepada y la obvia bajada llegamos a la playa misma de la laguna. Por la cara norte. Por donde, según Tonga, no había llegado ningún vehículo motorizado.
Fotos de rigor, abrazos, formación con la bandera de Pasión y el reconocimiento a nuestro Track Master que, esta vez sí, acertó y armó un viaje impecable con cuatro o cinco trayectos alternativos para cada cruce complicado. Trayectos que estaban no solo en el GPS sino en su cabeza. Qué más había en su cabeza no lo sé, pero puedo asegurar que conocía el recorrido a la perfección.
El rodeo de laguna fue otra historia. Toda su cara este está minada de piedras de todos los tamaños y fue interesante, ahora puedo decirlo, practicar trial en el medio de la nada a 4000 msnm.
al mirar hacia atrás nos percatamos del desnivel que vamos subiendo
se acaban las vegas y comienzan las piedras
Ya estamos cerca de alcanzar el ultimo abra antes de bajar hacia la laguna
Desde el abra a 4.400 msnm vemos el Veladero y el Bonete
una pequeña laguna que nos confundió al pricipio
al fin teníamos la Laguna de las Huaycas a la vista
los últimos metros al objetivo del viaje, por la "playa"
Primeras?? chatas en el borde norte de la laguna
el rodeo por el este es complicado
Insisto en que el recorrido fue perfecto. Llegamos a la laguna varias horas antes de lo previsto. Esto nos permitió ir hacia el mirador del Glaciar El Potro, unos 30 kms en línea recta hacia el oeste. Después de almorzar vadeamos el río Macho Muerto y por caminos (si, caminos, la cordillera está llena de caminos de las mineras, caminos por donde pasaría, creo, un Fiat Duna) encaramos la parte final de nuestro derrotero hacia el oeste, a escasos cuatro kilómetros del límite con Chile aunque en el medio se levantan moles infranqueables, verticales y negras. Como sea, te da vuelta la cabeza estar en esos lugares, viendo las lenguas del glaciar que se desprenden desde los ¿5000? metros de altura. Hora de volver.
un abra que nos serviria como "escape" hacia el oeste
XX de la Laguna de las Huaycas al Rio Macho Muerto, que nos regala una vista fantástica del glaciar El Potro
XX de la Laguna de las Huaycas al Rio Macho Muerto, aquí también debimos negociar con vegas
XX de la Laguna de las Huaycas al Rio Macho Muerto
XX de la Laguna de las Huaycas al Rio Macho Muerto
XX de la Laguna de las Huaycas al Rio Macho Muerto
Nos escurrimos por medio de un campamento minero
camino al glaciar
es imposible que una foto le haga un mínimo de justicia al lugar
el hielo cuelga de la montaña
zona de vadeo del Macho Muerto
mas vadeos volviendo a Vinchina por huellas cordilleranas
mas vadeos volviendo a Vinchina por huellas cordilleranas
Y todo salía tan bien que apuntamos a Vinchina, un día antes de lo previsto y en muy interesante recorrido off road acompañando al río Blanco primero y al Macho Muerto después, torcer al este vadear mucho y profundo y atacar Laguna Brava por el sur ya al final del día. Camino hasta Vinchina. Cena en una sucursal de la pizzería Los Hijos de Puta y descanso en hotel 4 estrellas (ni de afuera ni de adentro lo parecía pero si a juzgar por lo que pagamos la doble. Había wi fi y, en mi pieza al menos, un sapo).
Al día siguiente la yapa. Caza frustrada de confluencia, off road por ríos de piedra y una inesperada y muy interesante nocturna por caminos arrasados por las lluvias hasta llegar al pavimento que nos depositó en Fiambalá.
De Vinchina a Fiambala en busca de la CF2868
De Vinchina a Fiambala en busca de la CF2868
una artística del la heroína de la travesía en el rio de la Troya
en el abra y divisoria de aguas, que divide las provincias de La Rioja y Catamarca
Caminando las montañas en un intento por cazar la CF2868
Los que no querían caminar esperaron en este feo sitio
los alrededores de 2868
los alrededores de 2868
caia la noche cuando logramos dar con un camino minero abandonado
lo que derivo en una travesía nocturna
¿Y los Perros Huaycos que fue a buscar el Sr. Guevara, que obsesionaron toda su vida a Jean Baptiste Castellain? Nada. Ni rastros. ¿Existieron? ¿Se extinguieron bajo los vientos de la Cordillera de los Andes? Nunca se sabrá. En la accidentada noche del campamento, mientras luchaba con su mameluco y el sudor frio que antecede las grandes tragedias, un miembro de la caravana creyó ver uno a pocos metros. Pero estábamos aún lejos de la laguna y el descompuesto siempre cree ver cosas que no son. Como la cremallera del cierre de un mameluco rebelde que no quiere bajar.
Un viaje absolutamente perfecto. Armado de manera impecable. Recorridos extraordinarios. Vistas inolvidables, seguramente irrepetibles. Y lo mejor, por suerte tan repetible (cada viaje, cada jueves, cada asado): el grupo humano. Mil gracias Hugo, Turco, Damián, Wally, Pipi, Daniel, Tape y Tonga. Con Ustedes, a cualquier lado (en Asmática).[/i]
Relato ampuloso, altisonante, grandísono. Ambicioso por demás, se desvanece el (flojo) hilo conductor narrativo con frecuencia. Se vislumbran influencias variadas de Fontanarrosa, Eco y Borges, por citar algunos ejemplos. Pero lejos de ser un aporte positivo, es notable ver cómo se pueden destruir semejantes referentes en una insulsa ensalada de palabras. Abundan errores geográficos (Pearl St y Pine St son paralelas, por ejemplo) y cronológicos (George Obelli sólo contrató a Little Mike para destilar alcohol ilegal durante la Ley Seca, que comenzó en 1920; en 1912 los biógrafos ubican a este peculiar cocinero en la expedición de Robert F. Scott al Polo Sur). Sobran las obscenas referencias a los R 6x2 (me da asco hasta escribirlo) y las escenas escatológicas. Por otro lado, hay curiosas ausencias: las maldades del liliputiense, la aguda vista del musulmán, el juicio por lesiones culposas físicas y psicológicas del pelado de pelo largo contra Toyota Inc., el enajenamiento del CPN ante el ruido de un tornillo, el destino final del mameluco y otras yerbas.
SIC! SIC! Por lo menos, así lo veo yo!
PD: Que buen viaje!!!
_________________ EX Vagoneta TDi, reducida, bloqueada, calminizada y mudiada...
Registrado: Mar Abr 07, 2015 2:54 pm Mensajes: 3 Ubicación: CABA
Excelente muchachos, se han traído una madeja de XX-. Felicitaciones, Y no podía ser menos con semejante grupete. Una mención especial para el relator, me obligó a googlear toda la tarde para entender quienes eran sus amigos amantes de los perros y cocineros de bueyes vivos con lentejas en el hielo!! Pero, bueno, algo aprendí... Que hay que salir más seguido a cazar XX. Abrazos.
Muchachos felicitaciones por la travesía.. . Pero... de ese grupo jamás se duda de su éxito en cada salida.. a esto lo digo en este tono de normalidad ya que lo que quiero resaltar es la pieza de literatura que concibió capo en su imaginación y los paralelos que trazó entre imaginación y realidad... quiero felicitarlo aquí también y decirle que bien hace leer algo tan bien escrito, con tanto humor, con tanto derroche de imaginación y con tanta literatura leída q se le escapa por los cuatro costados... gracias por alegrarme el día!! !! Abrazos para todos!!!!
Registrado: Dom May 22, 2011 11:37 pm Mensajes: 450
un gran brindis por el relato ecxelente de Capo. es muy lindo pertenecer a este grupo y compartir vivencias con geniales personas.Conocer lugares espectaculares que quedan grabados. Inolvidables. Se disfruta mucho. .. gracias amigos
Registrado: Mar Nov 25, 2014 9:48 am Mensajes: 125 Ubicación: La Plata
Ah, bueno, bueno, bueno!!!
URGENTE pido una nueva y específica sección en el foro. Lo que acabo de leer y disfrutar línea tras línea excede ampliamente el sólo hecho de relatar/contar/sintetizar una salida, incursión, travesía, expedición o lo que sea.
Acabo de leer una PIEZA DE LITERATURA que sin dudas es capaz de hacerle sombra a otras. Varias... Muchas...
Y, por eso, esta sección para "Travesias, Viajes, Encuentros & Reuniones" le queda chica. La hace a todas luces ectópica.
Hace falta una nueva: "Cuentos, Crónicas, Novelas, Ensayos y demás yerbas..."
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