28-59.. una figurita dificil, de las que se cambian por varias..Habiendose suspendido la travesia a la cordillera con Eduardo Cinicola y compañía, el sábado a la mañana me levante con ganas de “viajar”. Le comente esto a Evangelina, y mientras ella estiraba un poco el sueño de un viernes trasnochado, yo me puse a cargar la chata y al medio dia, estábamos listos para partir.
Como estaba solo con mi chata, pase primero de Guillote a buscar el “ancla de tierra” por las dudas, y de ahí encare para el norte.
Tuvimos un viaje tranquilo, en el cual fuimos sacando muchas fotos curiosas y muy pintorescas… buscando una escusa para que el viaje sea más placentero. (lamentablemente todas estas fotos creo que las perdi…)
A las 21 hs, estábamos instalados en un bonito hotel de Resistencia, donde después de cenar nos fuimos a dormir para estar bien descansados para el domingo donde sabíamos tendríamos que caminar bastante.
El domingo a las 7 AM ya estábamos levantados, desayunamos, y encaramos el derrotero final.
A las 9 AM ya estábamos en el camino de tierra que va desde el norte de Florencia (Santa Fe) a Puerto Vilela (Chaco). Un hermoso camino rural, bastante transitado y viejo, con una vista fenomenal de todo el gran humedal de la zona, con un bosque de palmares impresionante que según algunos es “cien veces mas grande que el de Colón”, y que notablemente, este camino no figura en ninguna versión de los mapas instalados en los GPS, ni Mapear, ni Viajeros…
De todos modos, este camino si esta bien marcado en las fotos de GE y con mucha info de lo que es esta zona del norte santafecino.
Como ya tenia marcado en el GPS las coordenadas de cada una de las variantes que hay que ir haciendo para lograr la mejor aproximación, a las 10.30 hs ya estaba el una tranquera “con candado” que me impedia seguir acercándome con la chata, (en este caso, estaba a 6.3 km en línea recta a la confluencia).
Antes de emprender la caminata, llegue con la chata a un puesto que estaba cerca y le pregunte al puestero si ese era el camino que llegaba hasta la estancia que se ve claramente en las imágenes satelitales. El puestero me confirmo que sí. Y me dijo que dicha estancia estaba sin ninguna persona ya que el ganado que hay en el lugar lo atienden desde otro campo de la zona de Santa Fe y solo llegan a caballo cruzando un par de esteros.
Así que no nos quedó otra cosa más que comer un par de panchos y emprender la caminata.
13.30 hs estábamos en camino. Sabíamos que serian no menos de 13 km hasta llegar a la confluencia, por un camino de monte que está totalmente pisoteado por el ganado vacuno, en partes con agua, lleno de bosta de vaca, como no puede ser de otra manera, más aun que al estar todo inundado, el ganado vive sobre esta picada.
De todos modos, avanzábamos a buen ritmo, y en tres horas ya estábamos en la estancia de la cual hacía referencia, totalmente deshabitada!
Nos faltaban los últimos 1800 metros. Empezamos a caminar bordeando el pantanal, por momentos el agua nos tapaba las rodillas, hasta que llegamos a 750 metros del punto al cual queríamos llegar.
En ese lugar, había un espinillo que estaba en piso firme, sin agua, donde me vino bien para decirle a Evangelina (mi hija) que me espere ahí, ya que los últimos metros los tendría que hacer internándome en el estero, donde el agua era más profunda y encima estaba plagado totalmente de camalotes y pajonales.
A las 16 hs comencé la última parte de la caminata muy cansado. Cometí el gran error de querer apurarme y en pocos metros me tropecé tres veces, mojando totalmente mi celular, que oficiaba de cámara de fotos y mi GPS Nuvi 1400, ambos murieron en el acto… por suerte también llevaba conmigo el Montana 650, que es sumergible y tiene cámara de fotos y captura de pantalla, ya que sin él, me habría tenido que volver ya que no podría contar con ningún registro.
De todos modos, ya, con las energías totalmente agotadas decidí seguir avanzando, luchando contra los camalotes, que a modo de una enredadera infinita se te van enrollando en las piernas con sus raíces y que la única forma de zafar era ir cortándolas con el machete, y con el agua siempre por encima de la cintura, con las piernas que se me acalambraban permanentemente, en fin, todo una odisea. Seguía avanzando, cada vez más lento, miraba el GPS y los metros se acortaban muy despacio, tal es así que cuando estaba a 120 metros me volví a caer, estaba a punto de abortar, me faltaban nada más 20 metros para llegar a los 100 que te da de hándicap la cacería, estaba literalmente fundido…
Me tomé en ese punto un descanso para recobrar algo de fuerzas. Tenía una sed abrazadora, ya que el agua la había dejado con Evangelina, pensando que no debería tardar tanto en volver. Así que empecé a mojarme los labios con el mismo agua de los esteros, la cual tenía un sabor inmundo, pero que al menos me permitían despegar los labios los cuales se me pegaban a causa de la gran sed.
Una vez algo repuesto, avance unos 40 metros más, y llegue a 80 metros de la confluencia, me pare en ese lugar, guarde la pantalla del GPS, saqué las fotos, y me saquë una para ver la cara que tenía en ese momento.
Y sin perder tiempo, comencé el retorno, tan lento como a la ida, y que a pesar que seguía el camino por el GPS en algunos momentos me desorientaba, tal es así que le empecé a gritar a Evangelina para ver si me respondía, y me lograba orientar mejor. Por suerte ella me escucho, y mientras yo volvía me hacía señas con su machete en alto para que yo me pudiera guiar mejor.
Fueron nada más y nada menos que tres hora lo que me llevo hacer esos 680 metros ida y vuelta. Cuando me volví a reencontrar con Evangelina eran ya casi las 19 hs.
Sin mediar demasiadas palabras, me fui hidratando lentamente, y empezamos el derrotero final… hacer los trece y pico de km por el monte y de noche… sin linterna, y solo con la luz que te da la pantalla del GPS… Acalambradísimos los dos, mojados y con frio, fuimos volviendo. y casi a las 23 hs llegamos hasta donde habíamos dejado la chata…
Nos confundimos en un fraterno abrazo, nos chocamos los cinco… y dijimos…
“SI, SE PUEDE”Mejor aproximación (80 metros)
el lugar donde llegue!!
mi cara en ese momento…
los 650 metros que hice para llegar y los otros 650 metros que hice para volver
lo que caminamos desde la tranquera con candado tanto de ida como de vuelta
el resto de las fotos, lamentablemente las perdí, si me recuperan la tarjeta SIM del celular, las subiré gustosamente…
PD) esta vez brinde con un “RED BULL”… nada de champagna, creo que el cuerpo no me lo habría permitido…