DOMINGO 7 de Septiembre de 2008
Viajeros ejemplares
La vuelta al mundo en 4x4
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1047095
Hace un año y medio que dos aventureros norteamericanos recorren el planeta en camioneta. De paso por Buenos Aires, compartieron sus anécdotas
Steve y Stephen podrían haber tenido la típica vida del norteamericano promedio: ir al College en su Denver natal, jugar fútbol americano y crear una empresita de cualquier cosa para vivir felices con sus esposas en un suburbio de casas y rutinas calcadas. Pero no. Decidieron que era mejor conseguir prestadas dos buenas camionetas 4x4 y, con el apoyo de varias universidades de Estados Unidos, da r la vuelta al mundo durante dos años. Recién llegados a Buenos Aires, con una valija llena de historias y en camino a El Calafate, narraron algunas de sus aventuras.
Steve Shoppman y Stephen Bouey están viajando por la Argentina desde hace una semana. Pararon en un hostel del microcentro porteño y se quedaron más días de lo previsto porque sus 4x4 estaban demoradas en la aduana. "Nos pedían mucha plata para que ingresaran", acusaron, sin comprender todavía cómo funcionan algunos asuntos en este rincón del planeta. "Buenos Aires ha sido el puerto más burocrático de los cinco continentes; un funcionario nos pidió una coima de 1500 dólares para dejarnos pasar", lamentaron los dos miembros de The World by Road Expedition (el viaje se puede seguir en
www.theworldbyroad.com ).
Al verlos detrás de sus notebooks, refugiados como dos turistas bajo sus gorras con visera, es imposible sospechar la avent ura en la que se han embarcado. Café de por medio, contaron todo muy despacio, como si en el último año y medio hubiera pasado demasiado rápido y fuera el momento de parar el auto en la banquina para narrar lo vivido.
Empezaron el periplo en Nueva Zelanda hace 18 meses y visitaron más de 50 países; durmieron en hostels, campings y casas de amigos nuevos.
El velocímetro marcó 82.547 kilómetros recorridos, sin sumar los que están haciendo en este preciso momento. Atravesaron Oceanía, Asia central (pasando por Rusia, Kazakhstan, Uzbekistan, Georgia, Turquía), Europa, Africa (tocando Marruecos, Nigeria, Congo, Mauritania, Senegal y Angola, por ejemplo) y ahora se dirigen hacia Tierra del Fuego para después subir por la Panamericana hasta Alaska. Desde allí cruzarán todo Estados Unidos para terminar la aventura en Nueva York, en febrero de 2009.
Necesitaron entre 200.000 y 300.000 dólares para hacer este viaje, que costearon gracias al auspicio de colegios y universidades norteamericanos y de una concesionaria Toyota que les cedió las 4x4. También pusieron sobre la mesa sus ahorros, pero no se arrepienten ni de un solo centavo. "Quisimos hacer un enfoque educacional de nuestra vuelta al mundo, filmar un documental exhaustivo y llevar contenidos a las escuelas que nos tocó visitar", explicó Steve, que se dedicaba a producir videos. Al terminar el viaje pasarán un año recorriendo universidades de Estados Unidos para contar lo que vivieron.
"Queremos motivar a nuestros compatriotas a viajar, a investigar por sí mismos, porque la televisión no habla de la gente increíble que vive en sitios a los que nadie quiere ir", afirmó Stephen, egresado de la carrera de Ciencias Políticas y contador.
Una de las comprobaciones del team es que cuanto más conflictivo y miserable ha sido el país que visitaron más se esforzaron los lugareños por cuidarlos y protegerlos de los peligros y la guerra. "Hasta los grupos rebeldes fueron buenos con nosotros en países como Nigeria, y no hay que olvidar que viajamos por las zonas más peligrosas de Africa, donde los secuestros y asesinatos son moneda corriente", expresaron.
Sin rutas y con brújula
Los mayores problemas que tuvo la expedición aparecieron en países donde las rutas estaban en pésimo estado. "En Africa casi no hay caminos y es imposible ir de un lado a otro, aunque los que más lo padecen son sus habitantes porque no llegan los alimentos ni las medicinas", comentó Steve.
En Mongolia, por ejemplo, la escasez de rutas transitables hizo que los chicos tuvieran que guiarse con brújula y compás, al mejor estilo Marco Polo. "Fue como viajar en el tiempo -relató Stephen-. En muchas regiones de Mongolia, donde pasamos un mes, había gente que no había salido jamás de su aldea y nosotros éramos como marcianos con nuestras 4x4. En una ocasión les sacamos fotos con una Polaroid y se asustaban al reconocerse en la imagen." Aventur as como ésas hay por decenas. Otra anécdota: en Tailandia conocieron a un monje budista y se quedaron con él en un templo durante una semana. Después el hombre los acompañó en las camionetas, llevaron alimentos y ayudaron a la gente de la zona.
Al igual que en Africa, la experiencia en Asia fue muy intensa. En Rusia y los países de la ex Unión Soviética se encontraron desorientados por un estado de confusión generalizada. "Es como si no hubieran aprendido a vivir en el capitalismo", opinaron los aventureros.
El periplo en sí es imposible de contar en estas líneas, porque Steve y Stephen hicieron el viaje de una vida entera: recorrieron desde los campamentos nómades de Mongolia y Siberia hasta las junglas de Congo y las heladas latitudes de Noruega, pasando por los templos budistas de Tailandia y los castillos medievales de Rumania. Y todavía falta el continente americano.
Ahora hay que ver qué les depara el sur argentino y los 25.000 kilómetros de reg reso a Estados Unidos, con desvío en Brasil.
En verdad, al mirar las fotos uno se da cuenta de que estos muchachos se metieron en lugares bastante complicados, sobre todo si se considera que andan en camionetas que cuestan no menos de 50.000 dólares.
"Tomamos riesgos, pero no somos estúpidos. ¡Además, la concesionaria quiere que le devolvamos las camionetas!", agregaron. Nadie les había avisado sobre el problemita que iban a tener en nuestra Aduana.
Por José Totah
Para LA NACION
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