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No es sencillo escindir un viaje solidario de las características que tuvo este (y que viene teniendo desde que empezamos un ya lejano diciembre de 2009) de las sensaciones que me generó volver después de 880 días y algo más. Porque volver, secamente, no requiere de más. No es sencillo pero debo hacerlo. Lo individual queda aquí en un 2º plano.
Desde que compré la Toyota blanca (todavía sin nombre, pecado) algunos meses atrás me fijé como objetivo hacer este "viaje" (el encomillado no es caprichoso), reincorporarme al grupo que abandoné después de julio 2010 al retorno de la 2º edición. La realidad es que por entonces, lentamente empezaba a dejar varias cosas.
Con estas cosas, y otras que no vienen al caso, en la mochila y la camioneta cargada con saquitos de te y leche en polvo (manejar cargas pesadas y/o peligrosas es mi especialidad) arranqué mi Viaje y el Otro el viernes 25 de abril de 2014. Un largo año de preparativos llegaba a su fin, empezaba el Día "D", al otro lado nos esperaba Omaha Beach. El confort de mi inolvidable Avispón Verde quedaba lejos pero nuevamente mis fieles compañeros de cabina, Marmota I y Marmota II, tan enamorados como siempre, estaban allí, como hacía 4 años solo que ahora viajábamos abrazados y martirizados por el ruido (algún días el mundo falaz del todo terreno tendrá que evaluar que conviene mas, si proteger el motor con un puto snorkel o proteger los oídos) y las ¿butacas? con clavos de la noble Toyota Hilux 3.0 motor 5 L. Para entonces, en el trayecto desde donde guardo la camioneta hasta el punto de reunión en Circunvalación y Córdoba, no más de 60 cuadras, quien arrancó el viaje como María Inés y volvió como El Tatú Carreta ya había descubierto que si un termo no se cierra, al modificar su equilibrio (por cualquier causa) escapa su contenido. Como a las 21:30 de un viernes de resurrección, con Gershwin tratando vanamente de hacerse oír, me puse en el penúltimo lugar de una caravana de Pasión 4x4 Rosario / Extraterrestres Solidarios formada por 8 camionetas y que lideraba el Tío Hugo con la Toyo negra y cerraba Seba con la Patrol. Otra vez los faros alumbrando el negro de la ruta, la luz de la pantalla de la GPS, los sonidos en el VHF, compartir espacio con el Capitán Guillote y El Turco. La felicidad como algo tangible. A 100 / 110 (me quedaba un 60% de acelerador) los pueblos fueron quedando atrás y la 1º parada para reabastecer la caballada sedienta de las Toyo del Guille y mía fue en Sunchales. Ya se sabe, la potencia cuesta. Otra vieja sensación perdida y recuperada: invadir como bárbaros un bar de ruta en busca de café, chocolates, facturas y agua mineral, conversar unos minutos al amparo de una bóveda perfectamente negra. Mas tarde Ceres, un lugar de Santiago del Estero que no recuerdo ¿Colonia Dora? ya bien de madrugada, Seba irremplazable en la radio y El Tío Hugo que sabiamente nos hace parar en Fernández antes del amanecer para descansar un rato y evitar esa hora maldita que, me copio a mi mismo, solo en boca de Zabaleta alguna vez sonó aceptable. Rosario de la Frontera, Metán, Las Lajitas y vuelta de pagina, ingreso a la realidad paralela del Chaco Salteño, su monte y su miseria o, mas precisamente, su riqueza tan mal repartida. Tierra, guadales, calor, pozos gigantescos donde bien cabía una camioneta entera, hormigueros marcianos, carteles que indicaban desvíos a lugares siniestros, escuelas abandonadas pero no.
Al fin, Rivadavia, la ausencia incluso de la nada y, poco después, La Escuelita.
20 horas de viaje.
Quiero medir mis palabras. Pude ver los avances que logró el Grupo en 4 años. Nuevas instalaciones que aportan una enormidad pero también la demostración palmaria de la ausencia voluntaria y criminal de los que no tienen derecho a estar ausentes. Que estaban ausentes en diciembre del 2009 y lo siguen estando en mayo 2014. Otra vez me copio pero este país vive repitiéndose y, se sabe, la historia se repite dos veces: la primera como tragedia y la segunda como farsa. Argentina hace años naufraga entre la tragedia y la farsa. Hugo Perret, Cintia y Jimena Cardozo, Walter Pontello, Guillermo Bartoli y los otros no deberían ser los "First Responders" de aquella gente. No. De ninguna manera. Sin embargo, así es y así seguirá siendo. ¿Cómo podemos llamar, de lo contrario, a caminos dinamitados que hace años no reciben una maquina que los mejore? Ejemplo: 450 kilómetros separan Rivadavia de Salta. El colectivo (que no corre todos los días) hace ese recorrido en 12 horas. Sale de Rivadavia a las 20:00 y llega a Salta a las 08:00 del día siguiente. 450 kilómetros. La distancia que nos separa de Córdoba y que nos insume, en el mismo medio de transporte, 6 horas. Alguna vez escuché que todos los hombres son iguales (ante la ley o ante Dios, cada uno tome lo que mejor le calce). No parece ser este el caso. ¿Cómo podemos llamar, de lo contrario, a un "hospital" (de vuelta, ni el encomillado ni la minúscula son casuales) donde el yeso está vencido? ¿Cómo podemos llamar, de lo contrario al mismo "hospital" donde una mujer tiene que parir casi a la vista de todos? ¿Acaso ella no corre el mismo riesgo de infección que corría mi esposa cuando parió a nuestras dos hijas en el Sanatorio de la Mujer? Es inútil seguir. "Ellos" (porque son "Ellos" contra "Nosotros") han armado un eficiente ejercito de zombies a los que alimentan de planes sociales, privan de su DNI el día de la votación y dan de tomar agua de pozos infectos a los que da miedo, incluso, acercarse. Espero que nadie se permita pensar eso de "no conocen otra cosa". No tiene derecho. Me pregunto ¿cuanto cobrará por mes el diputado provincial por el departamento Rivadavia? Incluso tal vez engrose su dieta con un adicional por vivir en Salta Capital, ciudad horrorosa como todos sabemos. Una mañana de lluvia partimos a una Escuela distante algunos kilómetros hacia el oeste de la "nuestra". Llevábamos algunas donaciones y cierta felicidad. Los caminos entre el monte estaban inundados, con barro y manejar por ahí nos daba, como negarlo, placer. Tanto como ayudar. ¿Qué habrá pensado el Maestro a cargo de la Escuela de Pozo del Tigre (así se llama) que esperaba el colectivo que lo lleve a Rivadavia y había caminado cinco kilómetros por ese mismo camino? Tengo la seguridad que no lo mismo que nosotros. Mismo camino. Mismas condiciones climáticas. Nosotros en 4x4 módicamente felices y levantando barro. El Maestro caminando (y volviendo al pueblo porque ese día no había alumnos, imposibilitados de llegar). La diferencia entre las dos caras de la moneda puede ser mas o menos atroz según la circunstancia.
En la dimensión Rivadavia Banda Sur todo puede pasar. Incluso que un hombre con importantes limitaciones en sus habilidades manuales (yo) haga de colocador de machimbre. Como un esclavo, fui secuestrado y puesto bajo las ordenes de dos sádicos patrones: Huan Chung Perret y Abdul Karim Obelli que en 8 días jamás dejó su cinturón con explosivos ni la amenaza de inmolarse porque "Ala es grande". Igual suerte corrió El Flaco Charly, compañero de desgracias arriba de un inseguro tablón y artesano de algo que en otra vida tal vez sea un snorkel. No puedo olvidar que desde abajo (no hago referencia a la estatura) también nos martirizaba el experto motivacional John Warnolfo PhD, profesor de la Columbia University y autor del Best Seller mundial "Dale Pelotudo".
La pasé mal.
Tuve miedo.
De un lado un fundamentalista islámico deseoso de volarse y un riesgo adicional. Que lo detecte un dron, y nos haga mierda a todos. La muerte de Abdul Karim sería un "éxito" en la guerra contra el terror, nuestra muerte apenas "un daño colateral". Del otro lado, un maestro 10º Dan de taekwondo ansioso por desnucarme con un solo y preciso golpe (el mismo que le daba a las maderas) ante mis reiterados yerros y mi manifiesta inutilidad con el taladro. Pero se terminó. Y un aula taller quedó muy encaminada y seguirá los pasos de una cocina ya finalizada y de un comedor con todas las comodidades. Y precederá a otras mejoras que varios ya tienen en la cabeza. Yo apenas puedo acompañar. Siempre la vida se segmenta de esta forma.
Hubo mucho mas. Seba y sus necesarios stand up. Gordo, con vos voy a cualquier lado. La gota de Guille. Una araña tamaño ternero sobre la cama de Wally que hubo que ajusticiar con un preciso golpe de Nike 44. Descomposturas diversas, caldos oscuros y pestilentes. Todos con severas fallas en el bajo retén (fallas que, curiosamente, se manifestaban durante la noche). Baños con agua fría (en lo personal para mi y gracias a Litoral Gas no supuso ninguna diferencia). Las largas ceremonias matinales del Flaco Charly y Uki que salían vestidos con traje y las arduas búsquedas del primero en su neceser reloaded. Uki que, supimos, es repetido ganador del Concurso de Chippendale "American Tobul" que todos los años tiene lugar en Las Vegas en la categoría "Gerontes". Hubo bastante barro. Hubo una ceremonia religiosa (una Confirmación) dada por un cura que se mueve en una Toyota 2.8 con una virgen atornillada a la defensa. Hubo que hacer de fleteros, remiseros y rescatistas. Hubo alguien que planteó a la paternidad como un acto irresponsable (¿era así?). Hubo discusiones sobre un tema no resuelto en Pasión: la homosexualidad. Hubo una huerta que parecía salida del cuento de las Habichuelas Mágicas. Hubo una conversación sobre la camioneta, durante la noche y saltando de laguna en laguna en el monte, con un hombre que había llegado para ser padrino de confirmación, nacido en Porto Alegre y que en portugués me habló de saudades hacia su tierra. Hubo una sensación de viaje de egresados pisando los 50 años. Hubo tantas cosas más.
Regresamos en dos grupos. Uno en la búsqueda de una esquiva confluencia. Otro en búsqueda de un esquivo pavimento. Llegamos con diferencia de un par de horas el sábado 2 de mayo, sucios, cansados y con el cerebro reseteado. Algunas camionetas con desperfectos. Esta vez no hubo noche en la ruta.
Gracias Rivadavia por el Alt+Ctrl+Del.
Gracias a todos los que formaron este grupo.
Gracias por dejarme ser, otra vez, parte de el.
Gracias a mi mismo por haberme dado cuenta que era imperativo volver.
Gracias Pasión 4x4 Rosario. La historia se repitió. No como tragedia. No como farsa.
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Capo
LU2 FCA
N 39º 47' 35.27"
W 86º 14' 19.97"
"Hasta la victoria, siempre"
"El momento más espantoso es siempre justo antes de empezar"
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